viernes, 5 de agosto de 2016

Capítulo 6: Creatividad


En la antigüedad se tenía la creatividad como toda gran obra de creación, donde su origen e inspiración era de carácter divino, tal vez por eso en la actualidad se sigue conservando este concepto, porque todavía se piensa que es un don de personas excepcionales que han creado nuevas corrientes o escuelas en el mundo del arte, que han descubierto leyes de la naturaleza o que gracias a sus inventos ha progresado la sociedad.

Por el contrario la creatividad es algo más modesto y personal. No se trata solo de grandes creadores y creaciones de artistas famosos, sino que abarca toda conducta espontánea, todo cuanto tenga un acento personal y no meramente repetido.


En este sentido, la imaginación se debe dar de forma original, novedosa y siempre fresca de encarar las actividades, es la alegría de la creación el derecho al error y la expresión de sí mismo. Es todo lo que nos permite reconocernos como seres únicos e irrepetibles.

Antes que nada el término crear viene del latín “creare”, que significa producir de la nada, engendrar, procrear, dar existencia a algo, establecer nuevas relaciones, inventar e idear. Crear está relacionado con educar. La palabra crear aparece en los diccionarios como sinónimo de inventar y descubrir, sin embargo, Demos y Gowan hacen una diferenciación entre descubrimiento, invento y creación:

Descubrimiento: es mostrar, destapar, exponer o hallar. Se descubre algo que existía previamente, pero no era conocido.

Invento: está asociado con innovación, perfeccionamiento, aparato, mecanismo. Éste término se aplica a la creación de un nuevo material o un procedimiento hasta ese momento desconocido. Un invento es cualquier cosa producida por una persona que tenga como característica el ser relativamente nueva y única.

Creación: tiene un propósito más bien espiritual, de goce estético, una preocupación por la belleza, lo artístico y decorativo. En su sentido originario y amplio, el arte está asociado con habilidad y técnica.

Adicionalmente el proceso creativo pasa por las fases de:

Preparación: el conocimiento que tengamos sobre el tema es fundamental para una solución creativa, esta primera fase es para recabar información, concentrarse y familiarizarse a fondo con todos los aspectos del problema.

Incubación: es el periodo en el cual la persona se toma su tiempo y, una vez que le plantea problemas e interrogantes a la mente, se le da un descanso para que procese la información.

Iluminación: es la fase en la cual decidimos que se nos encendió el bombillo, es la solución que aparece de repente, a menudo cuando se está relejado y se hace cualquier otra actividad.

Ejecución: es la aplicación de las ideas en la resolución del problema.


Somos Creativos por naturaleza, por ende debemos vencer nuestros propios miedos ya que nadie nació aprendido y como dice un refrán popular: “El que no arriesga un huevo no tiene un pollo”. Ser arriesgados en crear nuevas ideas es algo como un reto de cada mañana donde solo se puede lograr si luchamos con nuestro propio pensamiento negativo; como dice el vídeo: digámosle al cocodrilo quién manda. Con la ayuda de Dios todo poderoso lograremos tener éxito en lo que nos propongamos.

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